Podría estar hablando con él para siempre, sin dormir nunca, sin separarme de él JAMÁS.Era consciente de que el tiempo se me escapaba rápidamente, se me acababa como la carretera que recorríamos, y tuve un miedo espantoso a no disponer de otra oportunidad para estar con él de nuevo como en este momento, abiertamente, sin muros entre nosotros.
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